En el actual territorio que comprende Nazca, floreció, en el siglo I d.C. la cultura de Nazca. Las investigaciones y exploración de los lugares y restos dejados por esta cultura indican que sería una continuación directa de la cultura Paracas. A diferencia de los Paracas, que desarrollaron hasta la perfección su arte textil, los Nazca llevaron a la maestría su cerámica, destacando también por la ingeniería hidráulica presente en la construcción de sus acueductos (que incluso se usan hasta el día de hoy) y sus impresionantes geoglifos, a los que se conoce como las Líneas de Nazca. Entre los años 700 a 900 d.C. se dio la decadencia de la cultura Nazca, debido a posibles causas naturales. En 1901, el arqueólogo alemán Max Uhle descubrió el legado cerámico de los Nazca, que data del 200, 500 y 700 a.C. Posteriormente, en el año 1939, el americano Paul Kosok descubriría, sin planearlo, las Líneas de Nazca, mientras sobrevolaba el desierto en el que se encuentran.