En épocas prehispánicas, Puno fue el lugar de asentamiento de diferentes grupos humanos, los cuales terminarían formando parte del primer asentamiento de la cultura Pucará. Durante ese periodo se construyeron edificaciones de gran tamaño y forma piramidal. Este tipo de arquitectura monumental fue característico de la cultura Pucará y Tiahuanaco, con la que también compartía territorio. Con la desaparición de los Tiahuanaco, durante el siglo XII Y XIII, se formaron diferentes reinos: Kollas, Lupacas y Pacajes.Al iniciar la época colonial, en el siglo XV, Puno comenzó su transformación en un centro poblado y de intercambio comercial, que poco a poco se iría enriqueciendo de la multiculturalidad de sus visitantes. Este crecimiento se fue dando hasta mediados del siglo XVIII, ya que Puno había cobrado gran relevancia por ser un asentamiento minero y territorio de paso entre las ciudades más importantes de la región. En 1776 ,Puno dejó de formar parte del Virreinato Del Perú, pasando a ser parte del territorio del Virreinato Del Río de la Plata, aunque volvería a integrarse nuevamente al Perú en 1796.En la época de la República, en el siglo XIX, la población de Puno ya superaba a los 6000 habitantes y el desarrollo comercial giraba en torno a diferentes actividades, como la agricultura, la textilería entre otras nuevas industrias. También se fundó la Universidad San Carlos de Puno, lo que impulsó un mayor crecimiento cultura que favoreció a la nueva configuración urbana que estaba tomando la ciudad.Hoy en día Puno es una urbe de gran relevancia para el crecimiento económico del país, además de ser considerada como capital cultural del Perú. El turismo ha crecido de manera considerable en los últimos años, motivando la construcción de infraestructura adecuada para recibir a los nuevos visitantes que en cada año suman un aproximado de 300,000 visitantes.